La nueva cría es la segunda que nace gracias a este ADN que lleva décadas siendo la última esperanza de la especie.
La lista de animales en peligro de extinción tiene varias distinciones importantes. No todos los animales están en el mismo nivel de riesgo, y todo depende del número de individuos que se estima que vivan en libertad. La lista engorda en el apartado de “Amenazados”, automáticamente seguido de los que están “En Peligro”. La lista la lideran pocas especies, pero son las que más tenemos que proteger, dado que están en “Peligro Crítico de Extinción” y su existencia pende de un hilo. El animal del que os hablamos hoy lleva años ya en esta parte de la lista, pero por suerte, esta vez son Puras Buenas Noticias.
Hablamos de los caballos de Przewalski, también conocido como caballo salvaje mongol o takhi y que es una de las especies más amenazadas de Asia, y de todo el mundo. Esta especie se caracteriza por tener la cabeza más grande en proporción al cuerpo que el resto de caballos, y también tienen las patas más cortas. Por lo demás se parecen bastante a sus familiares equinos, con los que comparten tanto la apariencia como la dieta y hábitos sociales. Sin embargo, esta especie estuvo a punto de desaparecer en el siglo XX, y sobrevivió gracias a un grupo de naturalistas que localizaron los pocos especímenes que quedaban en libertad y los relocalizaron en un parque nacional para intentar perpetuar la especie.
La nueva cría ha nacido por clonación, con ADN de hace 43 años
Hoy en día no quedan caballos de Przewalski en libertad, y los que quedan vivos y los encontramos en parques nacionales o zoológicos. Se estima que todos los supervivientes están relacionados con 12 animales que fueron extraídos en su día de su hábitat natural con la intención de salvar la especie. En el zoo de San Diego viven algunos ejemplares, que hoy son los grandes protagonistas. La organización del zoo ha anunciado el nacimiento de una nueva cría, lo cual, dado los números críticos de estos animales, es motivo de celebración. Lo más sorprendente es que este nuevo potrillo es en realidad un clon, un clon creado a raíz de ADN de hace más de 43 años.
Este ADN se almacenó en el Banco de Biodiversidad de la San Diego Zoo Wildlife Alliance, Ken Bohn (SDZWA), hace 43 años, y esta nueva cría no es la primera que se beneficia de él. En 2020 nació Kurt, el primer potro clonado a partir de estas muestras de ADN, y desde entonces las labores por perpetuar la especie no han dejado de avanzar. Ahora, con este nuevo nacimiento, los expertos creen que en no mucho tiempo podremos tener una colonia lo suficientemente grande como para reinsertarla en un hábitat natural controlado, para que se relacionen entre ellos y con suerte promover la variación genética.