Un bebé panda rojo hace historia en el San Diego Zoo. El pequeño es el primero que nace tras dos décadas de esfuerzos por conservar esta especie en peligro.
Un cachorro de panda rojo de apenas un mes de nacido se ha convertido en la esperanza de su especie. El pequeño dio sus primeros pasos fuera de su guarida junto a su madre el pasado 6 de julio de 2023, cuando conquistó a todos con su adorable apariencia y sus pequeñas orejitas blancas.
El Zoológico de San Diego informó que el nacimiento del pequeño panda rojo es un hito significativo debido a que es el primero que nace en este lugar desde hace dos décadas. El último registro de un nacimiento en el parque era de 2006.
El panda rojo parece un animal sacado de un laboratorio: tiene cara de mapache, apariencia de gato y una dieta prácticamente idéntica a la del panda gigante. Pero no tiene nada que ver ni con unos ni con otros. He aquí algunas curiosidades sobre estos animales.
Que nadie se lleve a engaño: el panda rojo y el panda gigante no son parecidos desde un punto de vista genético. Estos mamíferos tan característicos son los únicos supervivientes de la familia de los ailúridos, y no tienen ninguna relación ni con un mapache ni con un gato, ni siquiera con el panda gigante, con quien sólo comparte la dieta y el nombre: ‘panda’, una palabra que se cree procede de ‘pnigalya ponya’, que significa ‘[animal] que come bambú’ en lengua nepalí.
1. No están emparentados con el panda gigante
A pesar de compartir parte del nombre con el panda gigante, en realidad el panda rojo no está emparentado con sus homónimos más grandes. Si lo estuviera, sería el panda gigante el que debería su nombre al rojo, pues es este el que se considera el panda verdadero. Y es que, desde el punto de vista filogenético, estos animales pertenecen a un grupo taxonómico que comparte rasgos comunes con los mustélidos, entre los que se encuentran los mapaches y las comadrejas. El panda gigante, por el contrario, es un oso, aunque no lo parezca, aunque también se alimenta casi exclusivamente de bambú.
2. Es una especie en peligro
Los pandas rojos están catalogados dentro de la categoría ‘en peligro’ en la lista de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Se estima que su población actual en estado salvaje no supera actualmente los 10.000 individuos, aunque se desconoce la cifra exacta. Su principal amenaza es la pérdida y la fragmentación del hábitat, aunque también se enfrentan a la caza furtiva. Se les caza por su pelaje, y para obtener medicinas alternativas. Además, son víctimas del comercio de mascotas y sufren los efectos del cambio climático. Por ejemplo, a medida que aumenten las temperaturas, estos animales no tendrán más opción que la de trasladarse a zonas más elevadas para sobrevivir.
3. Es un animal carnívoro
La dieta del panda es engañosa. Parece que son animales herbívoros, pero en realidad pertenecen al orden de los carnívoros, igual que el panda gigante. Se cree que ambas especies evolucionaron a partir de un pariente común llamado “Simocyon batalleri” o “perro de hocico corto”, un pariente carnívoro y arborícola de este animal que vivió a finales del mioceno y primeros del plioceno, hace aproximadamente entre unos 5 y 7 millones de años.
4. Son animales nocturnos
En la naturaleza, el panda rojo prefiere una vida nocturna y solitaria. Es principalmente activo durante el crepúsculo hasta las primeras horas de la mañana. Durante las horas de luz, se les puede encontrar descansando, tumbados o acurrucados en las ramas de los árboles, dependiendo del tiempo.
5. El color rojo le sirve de camuflaje
El panda rojo puede identificarse fácilmente por el característico color rojo de su pelaje, que actúa como camuflaje dentro de las copas de los árboles, donde las ramas están cubiertas de grupos de musgo de color marrón rojizo.
6. Se apoya en su cola para dormir
La cola de un panda rojo puede medir entre 30 y 30 centímetros de largo. Es decir, prácticamente igual que el resto del cuerpo, lo que les sirve de gran ayuda mientras se desplazan por las copas de los árboles. En su frío hábitat de montaña, no dudan en usarla como cojín para reposar la cabeza, o como manta bajo la que cobijarse.
7. Hibernan
Cuando bajan mucho las temperaturas, los pandas rojos se envuelven con la cola y entran en una especie de sueño profundo, lo que reduce el metabolismo y disminuye tanto su temperatura como su tasa de respiración. Como su dieta a base de bambú les aporta muy pocos nutrientes, esa disminución de su metabolismo les sirve para disminuir brevemente su ritmo metabólico y así conservar energía.
8. Se alimentan casi exclusivamente de bambú
Se calcula que, de media, un panda rojo debe ingerir entre un 20 y un 30% de su peso corporal en bambú, aunque solo pueden aprovechar el 24% de su valor nutritivo de estas plantas. Aun así, es un alimento perfecto para estos animales, pues es a la vez abundante, bajo en calorías y relativamente fácil de conseguir.
9. Pasan la mayor parte del tiempo durmiendo y comiendo
Teniendo en cuenta el bajo contenido nutricional de su dieta, los pandas rojos obtienen muy poca energía, por lo que pasan la mayor parte del tiempo durmiendo y comiendo.
10. Tienen seis dedos
Igual que sus primos-hermanos, los pandas rojos también tienen un pulgar falso. El famoso ‘pulgar del panda’ es en realidad un apéndice oponible. De la misma manera que al panda gigante le sirve para manipular el bambú, al panda rojo le es útil para aferrarse a las ramas de los árboles y despedazar los tallos de bambú. Se trata de un ejemplo de “evolución convergente”, es decir, cuando dos animales que no están emparentados entre sí evolucionan de una manera parecida ante circunstancias similares. En este caso, ese falso pulgar evolucionó para ayudarle a trepar a los árboles y después se adaptó a la dieta del bambú, mientras que los pandas gigantes desarrollaron este apéndice únicamente debido a su alimentación.